Dossier Giallo: «Las lágrimas de Jennifer» (Giuliano Carnimeo, 1973)

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Dos mujeres son asesinadas en un bloque de edificios. La primera, una prostituta de lujo, es salvajemente despachada a cuchillo en el ascensor del inmueble; la segunda, una stripper mulata, fallece ahogada premeditadamente en su propia bañera. A pesar de estos siniestros sucesos, Jennifer (Edwige Fenech), una joven modelo, se muda junto a una amiga al apartamento donde la bailarina perdería la vida, no mostrando ninguna preocupación de los trágicos acontecimientos que han tenido lugar en el edificio.  vlcsnap-2015-10-28-16h11m03s92Giuliano Carnimeo, previo experto en el Spaghetti western (Buen fueral amigos… Paga Sartana, Y dejaron de llamarle Camposanto) dirige este curioso giallo en el que recae el protagonismo sobre la explosiva Edwige Fenech, mito erótico en pleno auge durante aquellos inicios de los 70 a raíz de ser la musa de Sergio Martino (el hermano de este y compañero sentimental de la actriz por aquel entonces, Luciano Martino, será aquí productor), de la que se aprovecha su esplendoroso físico oficiando un rol que la verá inmersa en una oleada de asesinatos. Aquí vemos al prototípico rol de Fenech en el thriller italiano, como inocente y desprotegida fémina que es asediada psicológicamente ante los amenazadores hechos que acontecen, faceta dramática de la actriz que bien aprovecharía Sergio Martino en aquellos años. Las lágrimas de Jennifer sigue concienzudamente las características propias del subgénero, con una trama orquestada por un suspense «hitckconiano», medido a la perfección, donde se citarán los habituales virajes narrativos en un continúo juego de pistas y falsos culpables. vlcsnap-2015-10-28-16h11m34s128Las principales sospechas caerán sobre el arquitecto interpretado por el uruguayo George Hilton (habitual rostro del giallo con La cola del escorpión, Sumario sangriento de la pequeña Estefanía, entre otros), a la vez que sobre la joven modelo interpretada por Fenech se ciernen las apariciones de un ex-marido posesivo que hará descubrir el pasado sexual de la mujer repleto de orgías y perversiones, habitual tónica del subgénero al añadir desasosegada promiscuidad a los roles femeninos. Así se desarrolla, aunque de manera no tan exagerada como en otros gialli (citemos a modo de ejemplo Desnuda ante el asesino de Andrea Bianchi, donde los desnudos de la actriz son más efusivos), el toque erótico que se antoja como vehículo de lucimiento para el físico del personaje femenino en el giallo.

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Especial mención merecen las recreaciones de algunos de los asesinatos; el opening crime situado en el ascensor del bloque de edificios principal, de meticulosa y ejemplar ejecución que, por una parte hará recordar a la épica de las murder set pieces más grandiosas del subgénero, y por otra evocará a una de las secuencias más conocidas de la posterior Vestida para matar de Brian de Palma (confeso admirador de los gialli). La otra secuencia de homicidio altamente recordada es la de la bailarina mulata (Carla Brait, vista en el Torso de Martino), que como ya hemos dicho fallece ahogada en su propia bañera, también rodada con brío y que parece oficiar aquí en una especie de homenaje a Seis mujeres para el asesino de Mario Bava, película de la que el film de Carnimeo extraerá el look del asesino.vlcsnap-2015-10-28-16h15m06s199 En otro orden de cosas cabe mencionar como la trama de Las lágrimas de Jennifer jugará con elementos tan recurridos en el giallo como la ambientación urbana (aquí aprovechándose de las calles de Génova, además de una oficiosa escena nocturna en un cementerio de coches), los elementos puramente terroríficos (no sólo con los amenazadores acechos del villano, sino también con freak desfigurado que parece evocar efluvios de un terror clasicista), prototipos como las taras psicológicas de los personajes, la inevitable historia de amor surgida entre los dos protagonistas (Fenech y Hilton, quienes ya habían formado pareja en La perversa señora Ward y Todos los colores de la oscuridad, ambas de Sergio Martino, y El audaz aventurero del propio Carnimeo), la mezcla de elegancia y sordidez en el asesinato, la enturbiada atmósfera o un suspense mantenido con brío, que convierten a la película en un giallo de manual y exquisito ejemplo para mostrar las personalidades de la corriente.  Además de una sugerente banda sonora compuesta por el siempre efectivo Bruno Nicolai, cabe mencionar también a otros nombres del reparto,  rostros habituales del cine italiano como Giampiero Albertini como el comisario de policía que liderará la investigación, el argentino afincado en España George Rigaud o la bellísima Annabela Incontrera. Más conocida internacionalmente por su traducción anglosajona The case of the Bloody Iris, no menos sugerente que su original Perché quelle strane gocce di sangue sul corpo di Jennifer?.

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Saludos desde el Gabinete, camaradas.

Un comentario en “Dossier Giallo: «Las lágrimas de Jennifer» (Giuliano Carnimeo, 1973)

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