La hija de Dios (Exposed, Declan Dale, 2015)
Aburridísimo e insustancial thriller policíaco con leves apuntes sobrenaturales, que le añade ciertas disposiciones hacia el cine fantástico que rápidamente son vilipendiadas por una narración que juega con dos tramas de torpe y vacua manera. La primera de ellas nos presenta a Isabel (Ana de Armas) como una emigrante latina que lucha consigo misma en una surrealista existencia de visiones y dramas pasados; en la segunda, un policía también influenciado por la tragedia, tratará de investigar la extraña muerte de uno de sus compañeros. Como es de esperar, ambas subtramas guardarán una inevitable relación, que sólo será efectiva a instancias de una conclusión previsible e insípida.
Muchos son los problemas de esta película, que no puede evitar escupir un imperante toque televisivo a pesar de que el director sobre-exponga las localizaciones exteriores netamente neoyorquinas. Con su desarrollo lineal y plano, que a pesar de sus enormes limitaciones llevará a la confusión en algunos de los momentos clave del film, la película juega constantemente con una conjunción de géneros que se ve incapaz de dominar (y donde los repuntes sobrenaturales acaban por generar un desconcierto imperdonable), con un desarrollo lento, caótico y con ciertos cambios de entonación que la llevarán al desastre más absoluto.
Nina Forever (íd, Ben Blaine, Chris Blaine, 2015)
Extraña mezcla de géneros la que se presenta en este discreto producto británico, en el que vemos como una historia de comedia romántica al uso se entremezcla con abundantes toques de terror. Estos se introducen cuando la joven pareja formada por los compañeros de trabajo Rob y Holly comiencen a sufrir las apariciones por sorpresa de la ex novia del joven, Nina, muerta en un accidente de tráfico. De Nina Forever se puede valorar su estilo contemplativo a la hora de retratar temas tan cotidianos como la soledad, la desolación o la atracción, con unos toques de humor muy poco convencionales, todo ello en un primer segmento con cierto gancho, aunque su parcial categorización como película de terror no llegue en ningún momento a llamar la atención.
El principal problema de esta propuesta es que esos momentos que ya para sí el film se guarda como estelares, las apariciones de la cadavérica Nina, acaban por generar una indiferencia demasiado evidente, quizá debida a que el film no sabe muy bien en que punto situarse dentro de esos géneros que parece acariciar. Debido a un más que evidente amateurismo, esos momentos donde Ben y Chris Blaine pretenden conjugar un drama dentro de ligeros toques de sordidez y surrealismo acaban por naufragar en sus propósitos, aunque den para sí una curiosidad formal que no llegará a ningún lado, con una densidad en su ritmo no justificada en ningún momento.
Paranormal Activity: Dimensión Fantasma (Paranormal Activity: The Ghost Dimension, Gregory Plotkin, 2015)
La saga que ha liderado la popularidad del nuevo resurgir del found footage llega a una quinta entrega que, aunque era esperado, acaba por demostrar lo deteriorado que se encuentra ahora el subgénero. A pesar de que una de sus predecesoras (donde a modo de spin off la franquicia era llevada a tierras mejicanas con unos resultados más decentes) hacía creer en la esperanza, en esta nueva parte se vuelve a la esquematización excesiva del espacio cerrado con muy pobres resultados, y donde la historia ahora se intenta elevar a otros tótems del género como la susceptibilidad al terror de una joven niña. Esto, recordará ipso facto a otro clásico del terror en lo que parece ser una referencia claramente autoconfesa.
El problema de esta entrega se produce al volver a fallar en el intento de impulsar una creatividad ante la narración arcaica y obligatoriamente sintetizada del subgénero, creando una atracción de feria que no rezuma suspense en su primer acto (narrado para tal efecto) dando pie a un segundo tramo repleto de los fuegos de artificio excesos e impersonales que lamentablemente ya han definido a la franquicia. Además, su fórmula de cargar tintas a favor de ejecutar una resolución digna de un supuesto impacto, se puede llegar a disfrutar pero tan solo si se ha superado todo el tedio previo, apoyado además por una indecente miscelánea de lo visual.
Southbound (íd, Roxanne Benjamin, David Bruckner, Patrick Horvath, Radio Silence, 2015)
Una nueva antología de historias de terror proveniente de gran parte del equipo creativo de la saga V/H/S, que en esta ocasión traslada la acción a una zona desértica de Estados Unidos con cinco historias conectadas entre sí. Si algo sorprende agradablemente dentro de la propuesta es la homogeneidad que destilan cada uno de los episodios, que en sus maneras no dispondrán de grandes diferencias artísticas entre sí aunque en su contenido sí se percibirán con variable interés. Lo que todos comparten, con mayor o menor éxito, es la concepción de revitalizar un tipo de horror bastante gráfico que como otras propuestas actuales parecen pretender el resurgir del terror árido y plástico de décadas pasadas.
Si algo puede crujir en esta película es su pretendida mezcla del horror puramente descriptivo con los tintes netamente sobrenaturales (en algunos casos apoyados en un calado digital bastante discutible), donde estos acaban por encuadrarse de una manera bastante poco acertada y forzada. Aún así, Southbound se ve con cierto agrado con su mecánica de entrelazar una serie de historias que en su exposición parecen funcionar por sí solas, con una antología que amenizará con cierto agrado al fan del género no muy estricto. Sólida ambientación, ligeros toques de escabroso humor y algún que otro guiño de perturbado entorno lucen con discreción en una propuesta que se toma a la corriente de las películas de episodios con una agradecida seriedad.
Saludos desde el Gabinete, camaradas.
El Gabinete del Reverendo Wilson 